lunes, 15 de agosto de 2011

El relax en el pueblo es un mito urbano


Siempre nos han contado, y nos hemos creído, que ir a pasar el fin de semana al pueblo era ir a descansar. 
¡Qué suerte!, poder desconectar, dormir, estar relajad@ sin el estrés de la ciudad.
Sí, sí, sí…

En el pueblo todo lleva otro ritmo. Sí, hasta que descubres cual es el ‘ritmo. 

El ritmo del quiquiriquí del gallo (a las 6:00 am), el ritmo del canto de los pájaros (5 especies diferentes a cual más ruidoso), el ritmo de los vecinos partiendo nueces (cuando tú has dormido 3 horas y tienes resaca)…

En el pueblo se vive sin reloj. Descubres una vida maravillosa, sin prisas, disfrutando de cada minuto sin darte cuenta de que el tiempo pasa. Y piensas ‘¿por qué no lo he hecho antes?...hasta que te encuentras esperando al resto de tus amig@s que llegan tarde ¡¡porque no llevan reloj!!.

En el pueblo no hay distancias. Lo que quiere decir que en un trayecto de dos minutos te pasas una mañana. Tú vas con el coche (content@, relajad@ porque estás en el pueblo) y de repente ves a un grupo de personas charlando en mitad de la calle. Te miran...tú sonríes...para tu sorpresa siguen hablando...saludas y por fin empiezan a moverse...5 minutos después puedes proseguir tu camino. Hasta que te encuentras con el vecino y ahora eres tú el que te paras.

En el pueblo todo el mundo se conoce. ¡Por que todos son primos!. Y hasta que te enteras de quien es primo de quien, en qué grado, de padre o de madre y quienes son sus correspondientes parejas e hijos. A esto tienes que añadir que lo mismo se usa el nombre como el mote, con lo cual tú piensas que están hablando de dos personas diferentes y dos días después te das cuenta tu error, cuando preguntas a María por ‘La pecas’ (ella misma) y oyes las risas…
Esto de los nombres lo tienes que tener claro si quieres enterarte de los cotilleos (y quieres, ya te lo digo yo). Si no lo tienes claro puede ser peligroso, puedes comentar el cotilleo en cuestión a un amigo hablando de María y tiempo después enterarte de que la protagonista en cuestión no era esa María que tú pensabas...si no la prima de tu amigo!.

En el pueblo se lleva una vida sencilla. ¡¿Sencilla?!, es de lo más complicada.
Tienes que pillar el equilibrio entre el ritmo de la noche y el ritmo del día, porque lo que sí hay en el pueblo es mucha actividad.
Tienes que llegar a tiempo al aperitivo, a la merienda, a la cena y a las copas sin reloj, ‘sin distancias’ y pudiendo elegir entre varios bares.
Tienes que ser capaz de seguir una conversación entre 7 personas cuando hablan todas a la vez, a cada personaje se le puede dar dos nombres distintos y no has dormido más de 4 horas.

Estoy deseando ir al pueblo en vacaciones, pero reservaré un par de días para descansar en la ciudad antes de volver a trabajar.

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