martes, 11 de octubre de 2011

LA CAJA DE METAL

JGSpain
Nunca pensé que podría experimentar lo que se siente cuando, ya adulta, desentierras de ese lugar especial y totalmente secreto que tienes en la niñez   "la caja de metal" donde se guardan los  recuerdos infantiles.
Nunca pensé que podría experimentar ese sentimiento, por que nunca enterré una caja de metal con recuerdos infantiles.

Esa es una escena que todos conocemos. La hemos visto cantidad de veces  (sobre todo en las "pelis" americanas)  y sin que forme parte de nuestras costumbres, la hemos adoptado como si fuese un valor universal.

Yo, de hecho,  no conozco a nadie que haya enterrado o guardado, en el hueco de un árbol o debajo de una madera suelta del suelo, una caja llena de recuerdos. (¿Quién tiene un suelo de maderas que se puedan soltar en España? Lo normal son las baldosas o el parqué. Lo más parecido que tenemos a los listones de madera americanos  es la tarima flotante, que ahora está más de moda, pero me dirás tu lo que vas a esconder debajo de una tarima flotante, como mucho una nota o un mapa del tesoro entre el aislante y la tabla).

Con todo y con eso, os tengo que decir que a pesar de que no sea una costumbre muy española esa de enterrar tesoros en los sótanos de las casas (sótanos que no tenemos en España y menos mal por que en otras pelis, también americanas, pasan cosas horribles en esos sótanos)  siempre me ha dado muchiiiiiiiisima envidia cuando veo esa escena en las películas (la de desentarrar la caja, no la de las cosas horribles en los sótanos). 

¡Que envidia! verles recordar, con afecto empalagoso, como jugaban en su infancia con el soldadito de metal o las canicas que sacan de la caja ¿eh?

Pues el otro día fui a ver a mis padres y cuando estaba buscando un libro que quería compartir con vosotros (por que para mi  fue una de esas lecturas que te marcan en la vida) me encontré una caja que ni siquiera recordaba que tenía. No era una pequeña caja  de metal que pueda pasar desapercibida durante años. Más bien era una caja enorme de cartón, que se ha pasado décadas en la parte de abajo de un armario por que no había ni D*** que fuera capaz de moverla.

La caja no era mi objetivo (pensaba que estaba llena de ropa vieja) quería moverla porque detrás  había otra que era donde yo pensaba que estaba el libro. Pero pesaba tanto y me costó tanto sacarla que no pude evitar mirar que era lo que había dentro.

Cuando la abrí sentí exactamente eso que sienten los "protas" de las "pelis" cuando abren sus cajas de metal.
Viajé automáticamente a una época de mi vida. No se si mucho más rápido de lo que lo suelo hacer cuando escucho una canción relacionada con un recuerdo o como cuando me llega el olor de algo que está atado a un momento muy preciso de mi pasado, pero de lo que estoy segura es de que lo hice con muchísima más intensidad de la que lo haya  hecho en ninguna otra ocasión. Y sentí esa felicidad ingenua y empalagosa que aparece en las películas.  Casi lloro  ¡no os digo más!

La caja, aparentemente, no contenía nada extraordinario.  Estaba llena de libros que creía perdidos.

Pero no fue casualidad  que estuviesen todos en el mismo sitio. Estoy segura de que fui yo la que los guardó para que no se perdieran, por que eran importantes para mi. Lo irónico del hallazgo es que se dio buscando un libro importante que nunca encontré, pero que me llevó a abrir una caja olvidada llena de libros que  marcaron mi vida tanto o más de lo que lo hizo el que buscaba en un principio.

Dicen que la mente consciente manda a nuestro inconsciente todas aquellas cosas que no queremos recordar, pero yo acabo de descubrir que a veces las manda para que de vez en cuando podamos  experimentar aquello que pensamos que jamás podremos vivir.

Y es que a veces la mente te juega una "buena" pasada y te deja experimentar lo que se siente al  DESENTERRAR LA CAJA DE METAL QUE NUNCA ENTERRASTE  Y REDESCUBRIR TODOS LOS TESOROS DE LA INFANCIA QUE CREÍAS QUE NUNCA GUARDASTE...


Aquí os dejo un vídeo de los tesoros que encontré aquel día:




2 comentarios:

  1. Pero bueno...¿qué había al final en la caja? ¡Qué curiosidad! (Tacones Lejanos)

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  2. Me imagino que te refieres a la segunda caja, la que estaba detrás de la primera. Por que la primera, como he explicado estaba llena de libros (los que salen en el vídeo, y alguno más).
    Pues la verdad es dentro de la segunda caja solo había temperas secas y acuarelas que utilizaba para pintar "artes" cuando era pequeña. Que ahora que lo pienso, ¡Qué bien me habrían venido para pintar el local este año!

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